Descripción del proceso de gasificación
La
gasificación es un proceso mediante el cual una materia orgánica se transforma
en un gas combustible.
A
diferencia de la incineración, que trabaja en exceso de oxígeno, en la
gasificación se emplea tan solo el 25-30% del oxígeno necesario para la combustión
completa de la materia orgánica, lo cual conlleva una serie de ventajas
medioambientales.
En la
gasificación, la energía química contenida en la materia orgánica se convierte
en energía química contenida en un gas. Este gas se puede utilizar como
combustible para la obtención de energía en motores, turbinas de gas o
calderas. Las cenizas pueden considerarse un residuo o bien valorizarlas,
usándolas como material de construcción, fertilizante, en la fabricación de
vidrio, etc. Si la materia orgánica es un residuo con bajo contenido en cenizas
y éstas no son aprovechables se habrá conseguido, en cualquier caso, minimizar
considerablemente el volumen de residuo al tiempo que se inertiza y se
aprovecha su contenido energético.
Así
pues, la gasificación es una técnica eficaz para reducir el volumen de residuos
sólidos y recuperar su energía, convirtiéndose en la vía más adecuada para la
obtención de energía eléctrica y térmica en el marco del desarrollo sostenible.
Son
susceptibles de ser gasificados aquellos materiales con un alto contenido en
carbono (cualquier tipo de carbón, biomasa, residuos orgánicos y residuos
carbonosos).
El gas
resultante del proceso contiene monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono
(CO2), hidrógeno (H2), metano (CH4), pequeñas
cantidades de otros hidrocarburos más pesados, agua (H2O), nitrógeno
(N2) cuando se usa aire como agente gasificante y diversos
contaminantes como pequeñas partículas carbonosas, cenizas, alquitranes y
aceites.
Los
gases CO, H2 y CH4 contenidos en el gas resultante
confieren poder calorífico al gas, ya que pueden reaccionar con oxígeno en un
motor de combustión, una caldera o una turbina de gas.
En la
gasificación de la materia orgánica tienen lugar los siguientes procesos:
- Secado (Proceso Endotérmico): evaporación de la humedad
contenida en la materia.
- Pirolisis (Proceso Endotérmico): descomposición térmica en
ausencia de oxígeno. Ocurre entre 300 – 600º C. Se desprenden los
componentes más volátiles. Debido a que la cantidad de oxígeno en el interior
del reactor es insuficiente, algunos de estos volátiles no se podrán
destruir térmicamente, dando lugar a alquitranes no deseados (TAR).
- Combustión parcial (Proceso Exotérmico): oxidación de parte del
carbono (CHAR) que ha quedado tras la pirolisis. Transcurre entre 600 –
1100ºC.
- Gasificación (Proceso Endotérmico): Reacción del carbono final
(CHAR) con el CO2, H2 y H2O con
producción de gases combustibles fundamentalmente CO, H2 y CH4.
La
combustión parcial aporta la energía necesaria para llevar a cabo el resto de
procesos los cuales son endotérmicos. Es importante controlar la relación
combustible/comburente para conseguir que el calor aportado por el proceso
exotérmico sea igual al invertido en los procesos endotérmicos, manteniéndose
así un equilibrio térmico que recibe el nombre de AUTOTÉRMICO.
La
materia orgánica en presencia de oxígeno sufrirá combustión. Como el oxígeno
introducido en el reactor es insuficiente, se favorece la presencia de CO por
combustión incompleta. El exceso de materia orgánica reacciona con los gases
presentes, principalmente con CO2 y H2O. La presencia de
vapor de agua favorece la producción de H2. Por otro lado, la
formación de metano está favorecida por las altas presiones.
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